UNA AMISTAD, LA PROPUESTA, EL ASOMBRO (*)
Me gustaría compartir con ustedes la experiencia de la visita a la comunidad de Encarnación que nos toco vivir junto a mi esposa Caterine este fin de semana junto con unos amigos que han entrado en nuestras vidas por pura gracia, (Raúl y Nilsa, Virgilio y Virginia, Milagros, Idi), al principio éramos más los que iríamos pero con el correr de los días quedamos los que nombre. Todo empezó con comentarios aquí y allá acerca de la gente de ese lugar, los cuales alimentaron nuestra curiosidad de ir visitar esa comunidad.
El viernes a la tarde partimos hacia la ciudad de Encarnación guiados por Raúl y Nilsa que hace tres años acompañan fielmente a esta comunidad con viajes que en la mayoría de los casos deben empezar y concluir ese mismo día, con todo el esfuerzo que representa recorrer casi 800 km en un solo día; nos dirigíamos a la ciudad cuyo mismo nombre ya es atractivo por ser la "Encarnación" de Cristo la que da origen a nuestra amistad, de no ser por ese antes, esta amistad y este encuentro con esta comunidad del Movimiento no se daría. Llegamos en la noche del viernes a las 22:00 hs y fuimos recibidos por estos amigos con quienes fuimos a Cenar en una churrasquería de la zona, donde compartimos un momento alrededor de la mesa sintiéndonos como en casa, como si los hubiéramos conocido hace tiempo, siendo los últimos de salir del lugar casi invitados a salir por los mozos.
Al día siguiente, desde bien temprano el día estuvo lleno de travesías, cada una de las cuales nos remitieron al Misterio, cada instante fue bien aprovechado; en la mañana partimos para la Ruinas de Trinidad en compañía de nuestros amigos, con Miriam al frente de la caravana de vehículos, al llegar pudimos apreciar lo impactante que fue ese lugar, la belleza, la inmensidad de lo que fueron las reducciones, cada detalle de lo que fue la Iglesia, la simbología en cada cosa, todo estaba pensado, nada se dejaba al azar; así también la distribución de las casas de los indios, la huerta, los canales de agua que regaban la misma, toda una maravilla que genera más asombro por la época en que fueron construidas y al imaginarse como habrá sido la actividad en sus tiempos de esplendor; luego de recorrer cada centímetro del lugar con Verónica quien fue nuestra guía turística y que evidenciaba un gusto al explicar cada detalle, llegado el mediodía nos juntamos a rezar el ángelus pidiendo que se haga carne en nosotros el amor que movía a esos Misioneros "Ad Maiorem Dei Gloriam"
Luego fuimos a almorzar a lo de Susi un rico guiso casero , conocer a sus hijos, a su hija Romi que se sentó con nosotros y que con su frescura y bromas nos hacía reír a todos en la mesa , luego de cargar las pilas y sin descanso cruzamos la frontera de Argentina rumbo a San Ignacio Mini para ver el espectáculo de luces y sonidos en la ruinas, si bien no fue el espectáculo de luces esperado, como dijo luego Raúl por el hecho de mirar algo tan importante e histórico vale la pena de haber llegado a ese lugar, y es cierto! el espectáculo queda en segundo lugar, poder ver lo que la fe logro no tiene precio, además el Misterio nos brindo su propio espectáculo de luces donde en la oscuridad de la noche pudimos distinguir un manto estrellas vistas desde ahí como si se pudieran tocar, acompañaba la noche la música de Doménico Zipoli, uno tendría que ser como una de esas piedras si no sentía una conmoción por lo que estábamos viendo y escuchando, cosas que nos remiten indudablemente al infinito sintiéndonos parte del cosmos, tanta belleza de la naturaleza conjugada con la belleza de la música a la cual dieron prioridad los jesuitas encaja en un modo perfecto y armonioso en todo; volvimos cansados a Encarnación muy de noche luego de más de 200 km recorridos en ese día, pero no sin antes hacerle una visita a Susi para devorar unos sandwichazos de lomito de casi un metro cada uno y compartir la historia que nos contaba Nélida de lo que iba ser nuestra actividad al día siguiente, la visita a la Virgen de Itacua.
Llegado el Domingo y reconociendo tanta gracia encontrada a través de la humanidad de estos amigos, gracias a los cuales pudimos hacer todo el maratónico trayecto de dos días, no pudimos hacer otra cosa que ir a agradecer a la Virgen de Itacua por todo lo que habíamos encontrado y pedirle que bendiga a esta comunidad, llegamos a la capilla la cual cuenta con una historia maravillosa que habíamos escuchado la noche anterior, la misma está construida en un codo del río Paraná, con la Virgen mirando hacia el rio y cuidando a todas la embarcaciones que haciendo sonar las sirenas siempre la saludan pidiendo su protección; participamos a la misa de la mañana y luego hicimos una ronda donde se incorporaron mas gentes de la comunidad para hacer una escuelita y contar las experiencias del encuentro, ayudados por el texto elegido por Raúl y Myriam, donde cada quien conto como fue ayudado por este encuentro , donde realmente como lo hablamos de vuelta entre nosotros, la apertura y la positividad de esta comunidad nos dejo sorprendidos y con nuevas fuerzas.
Es cierto, en estos días vinieron amigos como Cleusa y Marcos, quienes son personas ante las cuales unos se pregunta de dónde viene tanta pasión y al verles y escucharles uno realmente desborda, testigos que nos hacen presente al Misterio, así como tenemos entre nosotros al Padre Aldo; testigos estos a quienes tenemos que mirar como nos lo indico Carrón, pero cada uno tiene personas cerca a quienes mirar que son verdaderos testigos que te remiten a ese algo más, personas que en su cotidiano tienen la conciencia de Cristo en su piel, como estos amigos de Encarnación y muchos otros.
Gracias Amigos por ayudarnos a hacer posible iniciar nuestra semana con la conciencia del misterio en nuestras mentes y les pido disculpas por no poder nombrarlos a todos; espero que las vacaciones del movimiento de la cual participaran sea una ocasión propicia para reconocer al misterio entre nosotros.
Jorge Ibarrola
(*) Titulo elegido por Mila