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2005/11/09

La Vanguardia-2005.11.07 Julian Carron

ENTREVISTA a Julián Carrón, sacerdote y presidente del movimiento eclesial Comunión y Liberación
"España necesita diálogo entre política y religión"
Roma. Corresponsal MARÍA-PAZ LÓPEZ -  07/11/2005
Hace ocho meses que un sacerdote español, Julián Carrón Pérez, lidera desde Italia la Fraternidad de Comunión y Liberación (CL), movimiento eclesial fundado carismático sacerdote Luigi Giussani el pasado febrero en Milán. Julián Carrón, de 55 años, doctor en Teología, ha sido uno de los padres sinodales designados por Benedicto XVI para el sínodo sobre la eucaristía celebrado en el Vaticano del 2 al 23 de octubre. Comunión y Liberación - un movimiento de cariz educativo, presente en 70 países, entre ellos España con unos 3.000 fieles- organiza cada año en Rímini (costa nordeste de Italia) el Meeting de Rímini, un encuentro de debate con políticos, intelectuales, y otros profesionales.
¿Tiene pensado Comunión y Liberación exportar a España el Meeting de Rímini?
De momento, no es posible. El Meeting no es sólo un escaparate; es un gesto de todo un movimiento, para el que van a Rímini dos mil voluntarios pagándose la estancia, más los que trabajan en él habitualmente. Es un ejemplo de cómo vivir el cristianismo hoy de modo no vergonzante, no en las catacumbas, no sólo en la vida privada, sino poniéndose sin miedo delante de todos, a debatir con todos. Porque invitamos al Meeting a personas de todos los ámbitos e ideologías: políticos, sindicalistas, banqueros, gente de izquierdas, gente de derechas, gente de las ONG, de distintas realidades eclesiales, de Acción Católica, de otros movimientos... Es la ocasión de ver qué nace de una educación cristiana como la que hemos recibido, y de estar presentes en la realidad, con toda razón y libertad. A un nivel más reducido, en España hacemos el Encuentro Madrid, que es un fin de semana.
- Quizá a España le conviene un foro de diálogo organizado entre política y religión, dos ámbitos que han estado muy enfrentados.
Estoy de acuerdo. En Italia se sorprenden de ese nivel de enfrentamiento, porque aquí el debate político a todo campo es muy rico y variado. Con todo, incluso aquí, donde existe un gran tensión entre izquierdas y derechas, se sorprenden de que exista un lugar como el Meeting de Rímini. En Comunión y Liberación, por la educación recibida, por el hecho de haber nacido dialogando, se nos da bien hablar con todos, incluidas las otras religiones.Tenemos fama de tener una identidad clara, y hay quien cree que eso es un obstáculo, pero es lo que nos ayuda; tenemos relaciones estupendas con judíos y musulmanes. El año pasado invitamos al Meeting al subdirector de Al Jezira... Se trata de reconocer la parte de verdad y belleza que hay en toda persona, sea cual sea su credo o posición ideológica. Y con un debate tranquilo, sin enfadarse. En la medida en que crezcamos, queremos llevarlo a España, que necesita más diálogo entre política y religión. Pero ahora aún es muy difícil organizar dos gestos del calibre del Meeting dentro de un mismo movimiento.
- Durante el sínodo, ¿le pareció que los obispo esperaban alguna contribución especial de los movimientos respecto de la eucaristía?
- Los obispos esperan que los movimientos aporten su capacidad educativa, porque es lo que sienten más necesario; para la recepción de la eucaristíca se precisa la fe, la educación en la fe. La eucaristía es la culminación de la vida cristiana, y los movimientos, como otras instancias eclesiales, pueden aportar mucho en el surgimiento y en la maduración de la fe.
- ¿Y qué aporta Comunión y Liberación?
- Luigi Giussani recuperó del cristianismo la palabra "acontecimiento"; el cristianismo no es sólo la repetición verbal de un mensaje, sino el testimonio de la persona cambiada. Yo siempre digo que el cristianismo se comunica por envidia; porque uno ve en el otro realizado lo que a uno le gustaría que su propia humanidad fuera. No se trata de una repetición ortodoxa de un discurso limpio y correcto; eso no genera un cristiano. Es la misma diferencia que hay entre leer un libro sobre el amor y enamorarse. Y esto es muy importante en la transmisión de la fe, porque habíamos creído que bastaba una catequesis correcta, y sólo eso no ha sido suficiente. En tantas ocasiones vemos cómo en los países de tradición cristiana la fe se ha transmitido mal. -
¿Cómo proponen hacerlo, entonces?
- Lo decía don Giussani, y yo lo he visto en mis años de profesor. Lo apasionante es proponer el cristianismo no como algo que el creyente debe hacer,sino como un reto a la razón; no como una moral en primer lugar, sino como una respuesta a las exigencias del corazón, respuesta que tiene la pretensión de ser verdadera. Yo veía en clase que la gente que más se interesaba por esto no era la que no tenía nada que hacer, o la que era buenecita, muy piadosa... A los que más llamaba era a los inteligentes, a los más vivos, porque veían más retada su propia humanidad.

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